23 may 2021
La reputación internacional de Marruecos, dañada tras los sucesos de Ceuta
La disputa diplomática entre Marruecos, España y la Unión Europea a raíz de la crisis migratoria en Ceuta pone de manifiesto un cambio de actitud por parte de Rabat con respecto a su posición internacional.
El Reino Alahuita, envalentonado por el éxito diplomático obtenido en diciembre de 2020, cuando el ex Presidente estadounidense Donald Trump, a cambio de que Marruecos normalizara sus relaciones con Israel, reconoció la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, está adoptando un tono mucho más asertivo. Así pues, la acción de presión sobre las ciudades autónomas españolas en el norte de África se enmarca en el intento de Marruecos de asegurar la baza que supone el reconocimiento de EE.UU., que no parece que la Administración Biden vaya a revocar. No hay que olvidar que al incidente de Ceuta le ha precedido una serie de fricciones diplomáticas con Alemania, que culminaron con la retirada del embajador marroquí ante Berlín. Las acciones de Marruecos también obedecen a una lógica interna: la necesidad de proporcionar una distracción frente a las protestas populares que han estallado en diversas ciudades del país con motivo del conflicto bélico entre Israel y Palestina, y que han aireado el descontento con la normalización de relaciones con Tel Aviv. Ahora bien, Rabat ha hecho una apuesta muy arriesgada. Al utilizar la baza migratoria como medio de presión, poniendo en peligro la vida de sus súbditos en aras de sus intereses diplomáticos, ha roto la tónica de colaboración con Europa con respecto a la política migratoria, actuando como podría haberlo hecho Tayip Erdogán. Su reputación internacional ha quedado dañada, y puede poner en peligro la colaboración con España y con la Unión Europea, muy importante para Rabat, tanto en el terreno económico como político. Finalmente, un cambio en los equilibrios de posturas hacia el Sáhara Occidental puede también desencadenar una mayor inestabilidad en el Magreb, con una mayor, si cabe, tensión con Argelia.